Un fin de semana con dos hechos importantes, primero la nieve luego de muchos años y segundo el torneo Open Británico St. Andrews en Escocia, en el cual dio la gran sorpresa el Sudafricano Louis Oosthuizen, nombre raro si lo es, de 27 años de edad con su característica sonrisa que lo acompaño durante todo el torneo y quién venció con 7 golpes, marcando 16 bajo el par, en una brillante actuación sobre el inglés Lee Westwood.
Sorpresa En cambio, fue la actuación de Tiger Woods acabó con el sueño de conquistar su decimoquinto título de Grand Slam, finalizando en el puesto 23.
El sábado en la ronda que se jugaba en el horario de la tarde tucumana de a poco me fui introduciendo en el lenguaje golfístico con un relato impecable de parte de los conductores del certamen y unas tomas de las cámaras de televisión que resaltaban el espectacular paisaje de Escocia.
La nota del evento fué la particular actuación de Miguel Angel Jimenez cuando en el hoyo 17 la pelota fue a parar en una incomoda posición a la par de una típica pared construida en piedras en la cual la única manera de sacarla y enviarla al green era haciendo que rebotara en la pared y fue lo que hizo quedando a pocas yardas del hoyo.
Interesante la personalidad de este español Malagueño que con su habano recorre los campos de golf del mundo.
La ceremonia de premiación, típica de los inlgeses y su formalidad, fué destacable, lo notable fué que inmediatamente se consagra el ganador del open, el joyero grabador esculpe el nombre de Louis Oosthuizen en la copa, y pensar que el declaraba en una conferencia de prensa el día lunes anterior al open, “Mi papá se enojaba mucho con nosotros. Se negaba a llevarnos al campo de golf porque quería jugar tenis”.
Todo un logro, más aún, diría que fué una cómoda victoria en un fín de semana para estar frente al televisor bien arropadito, tomando algo caliente ver al nieve caer y disfrutar del golf.
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Puky de la Rosa
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